viernes, 31 de julio de 2009

A veces, cuesta levantarse

Ha sido una semana difícil, he pasado demasiado tiempo en el trabajo tratando de salir de varios asuntos pendientes y llegué al viernes y la lista, aunque es menor, sigue llena de tareas.

Es increible, cómo uno quisiera seguir parado, seguir como si nada, seguir trabajando, seguir acostándose tarde, cuando el cuerpo empieza a enviar sus señales de alerta, algo así como si un vehículo empezara a fallar.

Y me pasó hoy, quería saltar de la cama desde las seis menos cuarto y los cinco minutos adicionales que uno cree que le van a ser suficientes para estar otra vez de pie se fueron alargando, cada media hora que trataba de levantarme.

Primero, me quité las sábanas, creyendo que el frío me despertaría completamente, pero fue en vano. A las ocho y cuarto fue el ultimatum, o me levantaba o me levantaba..., y así lo tuve que hacer...

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